Visiones sobre el pequeño país que guarda las puertas del mundo nórdico. Dinamarca te recibe a su manera y nunca está de más saber una cuantas cosas para empezar.

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lunes, 31 de enero de 2011

Como siempre, desde el principio


La gente del norte es rubia, alta, inteligente... Viven mejor que nosotros y no lo ocultan cuando nos visitan. ¡Y llevan sandalias con calcetines! Poco más sabía uno cuando aterrizaba hace meses en el aeropuerto de Copenhague, capital de Dinamarca. Era el principio de algo que todavía no se sabe muy bien a dónde va.
Pero el país vikingo no es solo mi principio, si no también el de la Europa del hielo. Un gran territorio que esconde gentes y culturas que poco tienen que ver con los prototipos de las pelis del destape.

En fin, aunque parezca lo contrario esto no pretende ser un blog más de Erasmus (con todo el respeto del mundo por esa maravillosa beca) ni un intento de página de viajes. Solo se intentarán reflejar las extrañas ideas que se le ocurren a uno cuando intenta a emigrar sin tener que. Y consejos. Muchos consejos para todos aquellos que decidan venir a este increible y extraño país al borde del "polo Norte".

Quedáis todos bienvenidos a este recuncho. Que en gallego viene a significar esquina, pero también escondite. Sí, soy gallego y me gusta el pulpo y la empanada, y lo de marcharnos lejos de casa lo llevamos en la sangre. Pero intentemos que los estereotipos no tengan más sitio en este blog. Bueno, basta por hoy.

*Por cierto, la foto es del puente de Øresund, que une Copenhague con la ciudad sueca de Malmö a través de 7.845 metros de asfalto y vías de tren.